Nunca pensé que una piñata pudiera hacerles tan feliz

4 de Junio de 2013

El pasado sábado mi hija María hizo su Primera Comunión. Gracias a Dios, todo salió perfecto. La ceremonia religiosa fue preciosa y la vivimos intensamente. Pero hubo muchos más momentos entrañables y, entre ellos, la Piñata de "llenadegracia" ocupó un lugar primordial: la lectura del pregón fue escuchada por todos y a todos nos dejó con la boca abierta, en realidad, a los mayores, que desconocíamos su significado.

¡Los niños lo pasaron en grande! ¡Fue divertidísimo, rieron, dieron palos al aire, hicieron cola una y otra vez para repetir!....¡¡¡No querían que la piñata se rompiera para seguir golpeándola!!!! Pero cuando por fin cayeron las gracias en forma de caramelos, la locura de los niños fue indescriptible. ¡Todos por el suelo! Se llevaron de recuerdo los picos que rompieron, las cintas, las florecitas....Nunca pensé que una piñata pudiera hacerles tan feliz. Gracias Eva, de corazón. ¡Repetiremos!

Lourdes Gómez